EL ESTRÉS EN LOS GATOS

Pues lo cierto es que, como nosotros, los gatos también pueden padecer estrés. Me atrevería a decir que incluso más fácilmente que nosotros, ya que el gato es un animal muy sensible a cualquier cambio.
La ansiedad y el estrés están íntimamente relacionados con la adaptación a una situación nueva, como por ejemplo:
- una mudanza;
- la llegada de una nueva mascota;
- el nacimiento de un bebé;
- visitas extrañas;
- mala relación con algún integrante de la familia;
- soledad...
- enfermedad;
- obesidad;
- parásitos;
- intervenciones quirúrgicas;
- viajes prolongados.
¿CÓMO SÉ SI MI GATO ESTÁ ESTRESADO?
Los signos manifiestos en este estado son:
- agitación,
- dilatación pupilar,
- posición enroscada,
- pérdida de pelo,
- higiene excesiva (dermatitis sicogénica),
- agresividad,
- marcación de territorio dentro de la casa y deposiciones urinarias o de materia fecal fuera de la bandeja.
- Soledad: Por mucho que quienes no conocen a los gatos se empeñen en usar el tópico de ES QUE LOS GATOS SON SOLITARIOS, SON INDEPENDIENTES, SON ARISCOS, seguido de un largo etcétera de frases necias, a nadie le gusta estar solo, y un gato también puede volverse agresivo y destructivo por aburrimiento cuando permanece mucho tiempo solo, y estaba acostumbrado a tener una interacción muy cercana con su dueño.
- Cambios en la rutina: El animal puede marcar el territorio dentro de la casa si sufre estrés, provocado por cambios en la rutina diaria o por la la llegada de otro animal.
- Esta situación también ocurre cuando se ejecuta una profunda limpieza del hogar o cambios de mobiliario, y son eliminadas las marcas feromonales que los gatos realizan restregando su cara sobre lugares determinados de la vivienda. Este tipo de marcaje (feromonas) inhibe al otro más sucio, que es el de orinar en forma de spray superficies verticales. Al desaparecer las marcas faciales, el animal tiende a reemplazarla orinando, de esa manera recupera su territorio. Si el gato defeca u orina fuera de la caja y está sano, se deberá buscar la causa que desencadena ese comportamiento.
- Otra consecuencia del estrés felino es la dermatitis sicogénica, provocada por un aseo exagerado, un lamido compulsivo que lleva al animal a mordisquear continuamente alguna zona de su cuerpo sin razón aparente. Esto puede originar problemas de piel como dermatitis, eczemas, alopecia (zonas sin pelo) y lesiones autoinfligidas que pueden llegar a convertirse en verdaderas automutilaciones. Todas estas conductas compulsivas tienen que recibir el tratamiento adecuado para cada caso en particular y la situación en que se desarrolla.
EL ETÓLOGO
El profesional especialista en etología (ciencia que estudia el comportamiento animal) buscará una solución al problema mediante cambios conductuales del comportamiento en conjunto con el dueño, y se complementa con la administración de fármacos ansiolíticos que varían según la patología a tratar.
¿SE PUEDE PREVENIR?
Puedes favorecer a la no aparición del estrés respetando su lugar de aislamiento y descanso. Los gatos, al igual que nosotros, necesitan su lugar especial donde reposar tranquilos ciertos momentos del día o de la noche. Un lugar en el que se sientan protegidos.
Generalmente, eligen lugares altos y cerrados, por lo tanto, si es posible, se le debe construir un refugio en algún lugar de la casa donde ellos se sientan más cómodos y protegidos de ruidos, otros animales, personas, etc. Debe ser un cubil bien cerrado, en penumbra, abrigado y en un lugar alto. Se cree que los gatos prefieren los sitios altos por el hecho de que se sienten más seguros, dominan todo el lugar y tienen una visión más amplia del ambiente.
Fuente: MV Enrique L. Fernández De Vanna
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